lunes, 31 de diciembre de 2012

¿Para quién inicia este 2013?

Conservo aún en mi memoria los primeros recuerdos de haber festejado la llamada fiesta de “noche vieja”. Muchos integrantes de la familia que ya se han ido de este “mundo al revés” están en casa tan saludables que todavía no me creo que estén muertos, las imágenes que se conservan en mi cabeza están en un tono que se asemeja a los filtros del instagram.


Por esos años ya sucedía que en punto de las cero horas las líneas de todos los teléfonos locales y los pocos celulares estaban saturadas de personas queriendo felicitar a sus seres queridos, hoy la cosa no es muy distinta, la gente se reúne en sus casas con las pocas personas que puede y festeja, en su intimidad, la llegada del año nuevo y felicitan, con diversos medios, a sus seres queridos en otros lugares.

Las líneas telefónicas de los miles de teléfonos locales y los otros miles de teléfonos celulares se saturarán en unos minutos, pero esta vez no son sólo las líneas de telefonía las que estarán llenas de parabienes de tipos varios, esta vez también han sido utilizadas las redes sociales. Ya desde hace unas semanas atrás los muros en Facebook y el Timeline de miles se han llenado de muchos tipos de felicitaciones, imágenes con perros disfrazados de Santa Claus, bebés gritando felicitaciones y demás tipos. Otra forma han sido los extensos mensajes que la gente publica para hacer un recuento de lo que le sucedió en el año, recordar gente, añorar situaciones, lamentando eventos y haciendo una especie de profecías esperanzadas para el año siguiente, promesas y propósitos.

Entre las muchas cosas que se escribieron encuentro gente optimista que habla de que el mundo está mejorando, me pregunto yo en qué mundo vivirán aquellas personas, dicen que el mundo avanza en democracia, que ya no hay tantos pobres, que la tecnología cada vez es mejor, que la medicina cada día salva a más gente, que los muertos disminuyen y que todo será mejor.

Lo leído es impactante, podemos leer lo que dicen estas personas y remontarnos instantáneamente a un fragmento de esa canción de Charly García en la que dice “Mientras nosotros morimos aquí,  con los ojos cerrados, no vemos más que nuestra nariz.”, y me pregunto yo ¿para quién mejorarán las cosas? ¿Para quién han mejorado estas cosas? Para los trescientos mil desaparecidos en México, no; para los catorce detenidos el 1 de diciembre en la Ciudad de México y que estuvieron retenidos casi un mes, no; para los miles de pobres en México, no; para los muertos en el mundo, no; para los que no tienen esta noche una pieza de pan para comer, no; para esas víctimas que el sistema no preparó, no.

De qué le puede servir a la humanidad que “hayamos llegado” a marte si en África la gente se muere de hambre, o aquí mismo en México, de qué nos puede servir que un mexicano sea el hombre más rico del mundo si en México hay 52 millones de pobres. Muchas cosas se descubren, muchas cosas se ganan, muchas cosas se logran, pero pocas veces pensamos para quién se descubren, ganan y logran esas cosas.

En este año que inicia tenemos que intentar ver más allá de nuestra nariz. Hace ya un rato que en Europa están en el 2013, aquí faltan 15 minutos y la calle está tranquila, me asomo por el balcón y son pocas las luces que se logran ver encendidas en las casas cercanas ¿la paz que ahora reina en la ciudad continuará durante este año por empezar?


Ezra  Alcázar

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