domingo, 6 de abril de 2014

El cerebro de mi hermano de Rafael Pérez Gay.


El 26 de mayo de 2013 murió el escritor, traductor, diplomático y difusor cultural José María Pérez Gay. En noviembre de ese mismo 2013 su hermano, el también escritor Rafa Pérez Gay publicó su libro El cerebro de mi hermano, donde hace un esbozo de la enfermedad, muerte, hermandad y lazos de unión con José María Pérez Gay.

En este libro escrito rápidamente, como para cerrar un libro de historia personal, encontramos un informe o parte espiritual sobre los últimos dos años de Pepe, como llama el escritor de este libro a su hermano. Este retrato personal sobre quién fue Pérez Gay se ve mezclado entre los episodios más pesarosos de la enfermedad, con algunos episodios de gozo en la familia Pérez Gay.

Aunque la lectura de sus 141 páginas la podríamos rápidamente hacer en cualquier punto del caótico tránsito de un viernes en la Ciudad de México, la recomendación de quien ahora escribe es que sea leído con tranquilidad, pues hay frases que pueden atravesar nuestra barrera sentimental hasta estropearla y dejar caer la melancolía que el libro nos transmite.

Algunas de las frases más estremecedoras son las siguientes:
  • En las amistades largas hay de todo: adquirimos el ungüento contra el dolor, el bálsamo que cura la desesperanza, la tableta de la tranquilidad, la pócima de la juventud y también, es cierto, el aceite de ricino del incordio y el jabón del perro de la discordia.
  • Algo serio pasaba en mi mundo: mi hermano mayor se había convertido en mi hijo.
  • La muerte es un hecho cruel que define la vida: sin la conciencia de ese acto sin retorno, nadie comprenderá la índole misma de la existencia.
  • La cabeza de Pepe se pierde sin remedio.
  • Busco regiones devastadas en mí mismo. Todos buscamos esas regiones cuando nos sorprende la adversidad.
  • Somos nuestra memoria. Si no recuerdas, dejas de ser alguien para convertirte en nadie.
  • Esto es lo que yo creo que es la hermandad: dos niños jugando a que son eternos.
Sólo una hermandad y amistad literaria tan fuerte podía dar como resultado esta sentimental y bien escrita ceremonia de los adioses, forzada por una dura enfermedad degenerativa.

Hoy, los restos de José María Pérez Gay descansan en los lugares que lo hicieron más feliz: el Parque España, la última universidad de Berlín en la que dio una conferencia y el patio trasero de la casa en la que vivió Sigmund Freud en Viena.

Este gran libro ya fue premiado con el Mazatlán de Literatura y tuvo su primera reimpresión en febrero de este año.

Les dejo el booktrailer del libro publicado por Seix Barral


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