- Sólo los grandes escritores torean con pluma y libreta.
¿Cuántas veces nos hemos
preguntado qué dirían nuestros amigos si muriéramos? ¿Cuál es nuestro legado?
¿Qué dejamos de nosotros al morir? En junio de 2011 el escritor Jorge F.
Hernández obtuvo, sin querer, la respuesta a esas preguntas al enfrentarse a un
infarto.
Solsticio de infarto (Almadía 2015) es el título, tomado de un
artículo de él mismo en el diario Milenio,
de un nuevo libro que reúne las columnas publicadas por el escritor de julio de
2010 a septiembre de 2012. El libro tiene como prólogo un texto publicado por
Juan Villoro cuando el infarto sorprendió a Hernández, en ese texto Villoro
hace una especie de obituario adelantado o lo que podría ser la necrológica
merecida por Hernández, en donde Villoro recalca que hay quienes, como él
pueden lastimar su corazón de tanto usarlo. El libro también tiene en la
portada, diseñada por Alejandro Magallanes, un dibujo del escritor de La emperatriz de Lavapiés cargando un
corazón gigante, que como lo dijo el mismo Magallanes en la presentación, “sólo
su corazón es más grande que él”.
Parte del legado de Jorge está en
este libro, su Agua de azar publicada
por varios años en el periódico Milenio
fue un espejo romántico, humorístico e iluminador para todos los lectores que
por mucho tiempo sólo leíamos el diario para encontrarnos con esos pequeños
cuentos o ensayos, con un poquito de lluvia como diría Lichi, que nos hacían
ver la situación del país desde muchos otros ángulos, habilidad de los grandes
escritores y la verdadera literatura, como dice Jorge “darle la vuelta a la
cajetilla de cigarros”. El Agua de azar que llegaba cada jueves en
papel, se terminó a finales de octubre de 2014, sin embargo el escritor de Montón de piedras (Alfaguara) nos sigue
deleitando con sus columnas con las Cartas
de Cuévano en el diario español El
País.
Torero de joven, Jorge cambió
espada y muleta por pluma y libreta, para seguir sorteando la vida en el ruedo
de la literatura. Ante una historia desafiante, altanera y retadora, Jorge se
pone el traje de luces y con unos cuantos muletazos remata cuento, columna o
novela con el guiño poético que caracteriza su prosa. Es por esto que aseguro
que un escritor como Jorge, con gran corazón, sigue siendo torero.
(Ezra Alcázar)
Dejo un video de la presentación que se hizo en la Feria del Libro de Minería el 1 de marzo de 2015
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