lunes, 23 de marzo de 2015

La libertad de escoger nuestras propias cadenas


El pasado 10 de marzo en su noticiero transmitido por MVS, la periodista Carmen Aristegui anunció la alianza estratégica de su noticiero y equipo de investigaciones especiales a la plataforma virtual naciente Mexicoleaks. La nueva plataforma está dirigida a la filtración de cables e información por parte de cualquier persona, esos cables serán tomados por los periodistas ligados a la plataforma para investigarlos y dar sustento con una investigación a profundidad. En otros países plataformas como Mexicoleaks han sido muy bien vistas, usadas por respetados medios que con sus filtraciones han dado grandes golpes a la corrupción. En el mismo noticiero en el que Aristegui anunció la unión de AristeguiNoticias con Mexicoleaks, cometió el error de también sumar a la empresa que financia su noticiero, MVS. El resultado del anuncio que hizo Aristegui aquel 10 de marzo es el despido de todo un equipo de noticias, una enorme cantidad de personas protestando por la salida de la periodista del aire, y un gran golpe contra el periodismo en México. 

Calificado por muchos “analistas”, el mismo MVS y hasta la Secretaría de Gobernación, el problema de Aristegui-MVS es un conflicto empresarial y privado. Aun cuando fuera sólo un conflicto privado y empresarial, estamos ante un conflicto con gran repercusión social. Dos problemas destacan del despido de Aristegui. El primero y el que más escándalo ha hecho en las protestas contra su despido es el de la libertad de expresión, cuando Aristegui fue despedida de W Radio al no tener el manto protector del viejo Polanco de Grupo Prisa, la única cadena que aceptó a Aristegui, y justamente por tener problemas con el gobierno, fue MVS. Las investigaciones han puesto en jaque al gobierno en más de una vez, pocos espacios informativos se han merecido tantos pronunciamientos por parte de la Presidencia de la República como los ha tenido Aristegui. Justamente una de las integrantes del equipo de Aristegui fue premiada recientemente por PEN Intenacional, asociación  que procura y demanda la libertad de expresión en el mundo. Aunque cada vez la apertura y la libertad de expresión en México es aparentemente más grande, su grandeza reposa sobre una cuerda floja que somete su aguante y estabilidad al humor, negocios y compromisos de los sumos sacerdotes del poder. 

El segundo problema y consigna dentro del tema Aristegui es la relación y repercusión que han tenido las últimas investigaciones del equipo para el gobierno de Enrique Peña Nieto. El caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y su burdel personal dentro del PRI-DF llevaron a problemas al partido al poder; pero lo que más dolió en Los Pinos fueron las investiagaciones publicadas en el marco de la licitación del tren México-Querétaro, la investigación de La Casa Blanca hizo que Peña Nieto, Angélica Rivera y Videgaray salieran ante las cámaras a dar “justificaciones” para sus casas millonarias hechas por la empresa más ha ganado de las administraciones de Peña Nieto. 

Diferentes problemas ha tenido Aristegui en su carrera para encontrar espacios completamente abiertos, recientemente fueron anunciados los ganadores para la concesión de las dos nuevas cadenas de televisión. El tener nuevas cadenas no garantiza mejor contenido ni más apertura, así como un espacio en las emisoras universitarias garantizan que Aristegui pueda seguir haciendo el trabajo que hasta ahora ha hecho (además que no sabemos de dónde comería). Cada espacio en medios está comprometido de alguna forma, incluso Aristegui debe tener sus propios compromisos ¿por qué no? Que la lleven a evitar algún tema o dar prioridad a otro, pero es justamente la libertad, la posibilidad de poder escoger nuestras propias cadenas es lo que nos hace libres.

Nos guste o no el trabajo de Aristegui, es importante que los ciudadanos alcemos la voz, y no sólo con este caso, pues con cada voz callada en el periodismo, ya sea quitándole su espacio o asesinándolos, los periodistas y la sociedad mexicana vamos perdiendo poco a poco la libertad que tanto nos ha costado. Me sumo al brazo de personas que ya apoyan al equipo de Aristegui para lanzar una piedra a la luna. Por Granados Chapa, por Monsiváis, por Scherer, por Leñero, por Gabo y por los que estamos construyendo nuestra voz, Aristegui se queda.  

viernes, 6 de marzo de 2015

Mariposas amarillas en el librero


Ahora que me siento como si estuviera frente al pelotón de fusilamiento, recuerdo que el primer libro de cuentos que leí completo se llama Doce cuentos peregrinos, que no fue mi intención leerlo,  sino que un día apareció en casa y por no tener más que hacer me puse a leer un libro que me llevaría a descubrir que la luz es como el agua y que la imaginación nos puede hacer navegar por lugares insospechados. También descubrí, con los seis o siete años que tenía, que hay mujeres que se alquilan… la de ese libro se alquilaba para soñar. Hace aproximadamente 15 años que ese libro me presentó a una bella durmiente que a falta de aviones en mi cotidianeidad, me he dedicado a buscar en cualquier tipo de transporte.

Hace ya casi un año que murió el Gabo, y su muerte me llevó a experimentar algo de lo más extraño. Por alguna razón hay quienes sienten ser más listos que otros por denostar a los grandes maestros, como si el haber hecho esa diatriba contra un grande lo pusiera un escalón encima de él sólo por haberla dicho. Recuerdo haber discutido con un sinfín de compañeros sobre el Gabo, en una facultad donde hay “revolucionarios”, “periodistas”, “escritores”, “políticos” y disque “científicos sociales, García Márquez era de los más nombrados, pero no para bien. Incluso maestros que se decían grandes periodistas (aun cuando en años no habían escrito nada más allá de su npombre) decían que Gabo no era periodista, que era un cuentacuentos barato al que la suerte le había dado el nobel. También estaban los compañeros que habían tocado la “alta literatura”, esos que habían convertido un ejemplar francés de La peste de Camus en libro sobaquero, y que la literatura de Márquez les parecía inferior. El día que murió el Gabo todos callaron.

García Márquez nos dio tanto que pasarán más de Cien años de soledad después de la muerte del último humano para que su marca se borre de este mundo. García Márquez nos dio geografía cuando junto a otros gritó al mundo que de este lado también se escribía, y se escribía bien; nos dio también una extensión geográfica con Macondo, una extensión geográfica porque ese lugar donde dicen vive el realismo mágico, es simplemente una reproducción generalizada de Latinoamérica a la que le han quitado el velo para magia misma del continente.

Uno de los primeros libros que leí empezando el semestre fue Noticia de un secuestro, esta mañana me puse a escribir un correo a la adjunta de esa materia para justificar mis últimas faltas, fue ahí que recordé que García Márquez cumpliría años hoy, corrí al librero y me encontré con las mariposas amarillas que ahí viven. Debo a Gabo, tal vez, mi vocación por contar historias, la escritura de cuentos tan apegada a la realidad que podrían ser crónicas periodísticas, Gabo me enseñó que el realismo mágico no es más que la realidad vista de una forma diferente.

Yo no vine a decir un discurso, yo sólo vine a mandar un correo; pero mientras pueda vivir para contarla voy a seguir agradeciendo todo lo que me dio Gabo.

martes, 3 de marzo de 2015

Solsticio de infarto de Jorge F. Hernández


  • Sólo los grandes escritores torean con pluma y libreta. 

¿Cuántas veces nos hemos preguntado qué dirían nuestros amigos si muriéramos? ¿Cuál es nuestro legado? ¿Qué dejamos de nosotros al morir? En junio de 2011 el escritor Jorge F. Hernández obtuvo, sin querer, la respuesta a esas preguntas al enfrentarse a un infarto.


Solsticio de infarto (Almadía 2015) es el título, tomado de un artículo de él mismo en el diario Milenio, de un nuevo libro que reúne las columnas publicadas por el escritor de julio de 2010 a septiembre de 2012. El libro tiene como prólogo un texto publicado por Juan Villoro cuando el infarto sorprendió a Hernández, en ese texto Villoro hace una especie de obituario adelantado o lo que podría ser la necrológica merecida por Hernández, en donde Villoro recalca que hay quienes, como él pueden lastimar su corazón de tanto usarlo. El libro también tiene en la portada, diseñada por Alejandro Magallanes, un dibujo del escritor de La emperatriz de Lavapiés cargando un corazón gigante, que como lo dijo el mismo Magallanes en la presentación, “sólo su corazón es más grande que él”.

Parte del legado de Jorge está en este libro, su Agua de azar publicada por varios años en el periódico Milenio fue un espejo romántico, humorístico e iluminador para todos los lectores que por mucho tiempo sólo leíamos el diario para encontrarnos con esos pequeños cuentos o ensayos, con un poquito de lluvia como diría Lichi, que nos hacían ver la situación del país desde muchos otros ángulos, habilidad de los grandes escritores y la verdadera literatura, como dice Jorge “darle la vuelta a la cajetilla de cigarros”.  El Agua de azar que llegaba cada jueves en papel, se terminó a finales de octubre de 2014, sin embargo el escritor de Montón de piedras (Alfaguara) nos sigue deleitando con sus columnas con las Cartas de Cuévano en el diario español El País.

Torero de joven, Jorge cambió espada y muleta por pluma y libreta, para seguir sorteando la vida en el ruedo de la literatura. Ante una historia desafiante, altanera y retadora, Jorge se pone el traje de luces y con unos cuantos muletazos remata cuento, columna o novela con el guiño poético que caracteriza su prosa. Es por esto que aseguro que un escritor como Jorge, con gran corazón,  sigue siendo torero.

(Ezra Alcázar)

Dejo un video de la presentación que se hizo en la Feria del Libro de Minería el 1 de marzo de 2015