Marco Rascón tiene un pie en la calle y otro en la cocina,
sale a la calle a escuchar lo que dice la gente y regresa a cocinarlo con la
experiencia que le ha dejado una vida de lucha. En febrero pasado renunció a su
cargo como Coordinador Interinstitucional de la Secretaría de Cultura del
Distrito Federal para lanzarse como candidato independiente a la Constituyente
de la Ciudad de México. Nada lo ata a los intereses partidistas (renunció junto
con Cuauhtémoc Cárdenas el año pasado al PRD) ni empresariales, su restaurante Peces en la colonia Roma se presume como
el único restaurante que no es de Carlos Slim, y ahora él se define como el
único candidato que no pertenece al magnate de las telecomunicaciones.
Entre sus antecedentes se encuentra la Asamblea de Barrios,
la cabeza de cerdo en la Cámara de Diputados, su trabajo como diputado federal
por el PRD, la presidencia en el mismo partido del sol azteca, un maratón en la
Ciudad de México, la fundación de diferentes medios de comunicación, y su
exquisito paladar que le ha ayudado a enfrentarse con destreza ante los
desazones de la vida y la cocina.
¿Por qué es importante
la Constituyente de la CDMX?
Porque es parte de un proceso que no se inventó ayer ni con
este gobierno del Distrito Federal, ni siquiera en este siglo, sino que tiene
que ver con debate histórico. El que siempre hayamos sido el Distrito Federal es relativo,
porque en el artículo 44 de la Constitución dice que somos el estado del Valle
de México, únicamente que nuestros derechos están suspendidos mientras sea la
capital de la República, hoy se libera esto con la reforma política, se liberan
los derechos sin dejar de ser la capital de la República. Ha habido una
disputa, dentro de lo que ha sido el federalismo, porque hay una fuerza
política que agrupa una cantidad de intereses políticos y económicos que de
alguna manera han disputado lo que es la conducción de las decisiones en la
capital. Una disputa que tiene que
ver con que no se gobierne desde el Zócalo, sino que se gobierne desde
Toluca. Siendo el actual presidente de ese mismo grupo, ahora resulta que
liberaron el acuerdo pero con una serie de candados para garantizar que sigan
teniendo el poder para gobernar la capital.
¿Por qué te lanzas como
candidato independiente? ¿Cuáles son tus propuestas?
La principal razón es porque tengo ese derecho, tengo
posibilidades de ser un constituyente independiente y, lo más importante, es
porque planteo la idea del futuro que no está siendo considerada. Para mí una constitución y lo que
será la norma general que rija la Ciudad de México, es ver a la Ciudad hacia el
futuro. Me interesa mucho el futuro de la ciudad. Para esto tengo una
propuesta, que creo que es el eje central que modifica las relaciones del
federalismo, del gobierno con las alcaldías (o como se vayan a llamar); y
es que en lugar de aceptar este cerco que se le ha puesto a la capital con
los municipios conurbados y que se han convertido en ciudades dormitorio,
es que el 5 de junio de 2018 se puedan votar dos referéndums: el referéndum
donde se acepte o decline la Constitución de la Ciudad de México, y un referéndum
en cada uno de los municipios conurbados para decidir si forman parte del
Estado de México o de la Ciudad de México. Necesitamos darle coherencia al
territorio, a la zona metropolitana con la idea de hacia dónde vamos a crecer y
cómo. Esto tiene que ver con cuatro aspectos fundamentales: el agua, la
basura, el transporte y el trabajo; la sustentabilidad económica y
financiera, la posibilidad de tener una visión clara respecto al futuro.
Creo que me han repelido un poco los defensores de la Coordinación
Metropolitana, que yo creo obsoleta, que no tiene dientes y que al mismo tiempo
es el recurso que quiere fortalecer el PRI para seguir gobernando la Ciudad de
México desde Toluca. Tú como Jefe de Gobierno o gobernante de la Ciudad de
México tienes automáticamente un puñal en la garganta, si tú no te alineas a
los intereses económicos, te cerramos la llave de la basura, el agua, el
drenaje, el transporte, y tienes instantáneamente una cantidad de conflictos
internos. El asunto es liberar ese poder, y librar esa disputa con distintas
fuerzas que de alguna manera se han impuesto históricamente, nadie les ha
puesto un alto y han hecho una división, un muro tipo Trump, entre lo que es el
gran Valle del Anáhuac y los municipios.
En este momento la
Ciudad ya se enfrenta, constantemente, a los problemas del agua, la basura y el
transporte, ¿si agregamos esos otros municipios conurbados a la Ciudad, el
problema no sería más grande?
No, por una razón. En esta idea del futuro el asunto es cómo
se va a hacer esta composición. El
mapa del 2015 en la ciudad nos está diciendo claramente que incluso la
pluralidad política va a aumentar, y si hacemos las alcaldías más chicas,
tendremos alcaldías gobernadas por un independiente, con otros de Morena, otros
del PRI, etcétera… Por lo tanto, lo que necesitas es una visión estratégica
para el futuro estado. Yo creo que se tiene que considerar esa pluralidad en
un esquema incluyente, para garantizar esa pluralidad dentro de un esquema de
gobernanza. La Ciudad hacia el futuro, para cambiar esta situación, tiene
que ser necesariamente una gran metrópoli policéntirca, es decir, tenemos que
tener un gran centro económico-político entre lo que sería Ciudad
Nezahualcóyotl-Iztapalapa, que están totalmente conectadas y absurdamente
divididas por un muro. Si tú generas por los pueblos originarios, por la
identidad territorial, una cantidad de alcaldías que van a ser en prospectiva
gobernadas por distintas fuerzas políticas, ahí el tema es la visión desde la
gobernanza y desde la ciudadanía, pero todos de alguna manera sintiendo la
corresponsabilidad de lo que es esta gran visión estratégica, de lo que es
sustentable para la ciudad en estos ejes que hemos platicado.
¿Pero existiría en
realidad una pluralidad de ideas en sitios como Iztapalapa que han estado
amarrados durante años a partidos muy específicos?
Esta Ciudad tiene un perfil de izquierda, un perfil que vino
del oriente. Antes de haber ganado en el 97 el Distrito Federal, vino de la
gran insurrección o de la gran insurgencia amarilla de Neza, Texcoco, Ecatepec,
Chalco, Chimalhuacán, desde ahí viene la gran influencia, pero porque de ahí
viene la gran fuerza laboral. Esta ciudad tiene una compulsa diaria, 6 o 7
millones, que vienen de los municipios conurbados. De pronto hay voces que
dicen “¿por qué los del Estado de México vienen y nos tiran la basura a los
chilangos?”, es porque aquí se genera entre los del Estado de México y los
chilangos. Si lo vemos en términos de una disputa histórica de lo que son los
recursos y las posibilidades, la Ciudad está cancelando sus propios futuros,
por eso yo creo que el esquema político, el esquema constitucional tiene que
tener claros todos esos tipos de visiones. No es una ciudad grandototota,
sino un mosaico muy grande que tiene que tener como punto general lo que es la
inclusión a la diversidad de los derechos. Hay una inconsistencia ahorita,
el listado nominal de la Ciudad de México para la elección del Constituyente
son 7 millones 400 mil, a nosotros nos pusieron 74 mil que es el 1%, esto
quiere decir que sólo se está considerando el 88% supuestamente del censo del
INEGI, a esto se suma que hay 6 millones que están censados en el Estado de
México porque allá viven, pero tienen su INE en el Distrito Federal porque aquí
están los derechos, aquí está la interrupción del embarazo, la ayuda para
madres solteras, a la tercera edad, a Prepa Sí y al trabajo. Se hace una
contradicción entre donde ganas el salario y donde lo gastas. Con esa pérdida
económica brutal vamos a ser la primera capital del mundo que no tiene
aeropuerto. Yo creo que tenemos que, más bien, buscar afanosamente que
Ecatepec sea parte de la Ciudad de México, porque aquí está la fuerza económica
y al mismo tiempo va a estar esto que va a ser un golpe brutal a los ingresos.
Toda esa sustentabilidad la tenemos que ver en la perspectiva de los próximos
30, 40 o 50 años, y no puede estarse modificando sobre la base de los cambios
partidistas, sino que tiene que estar plenamente garantizado como parte de una
visión en conjunto. El punto de partida es que la posibilidad del progreso y
de la sustentabilidad económica no es el presupuesto, no es la inversión a
secas, es el valor del trabajo. La izquierda abandonó el concepto del valor del
trabajo, el neoliberalismo destruyó el valor del trabajo del que la ciudad
vive. Si tú ves la idea del valor del trabajo como el eje rector de la
generación de riqueza, vamos a pasar a un capítulo más importante aún, que es
cómo se distribuye esa riqueza. Una de las cuestiones estructurales más
importantes a analizar para este pensamiento del futuro en la capital es la
carta de los deberes y derechos de los ciudadanos: que tendría que
considerar principalmente que los derechos de los niños están sobre los derechos
de todos, es decir, si le vamos a apostar al futuro tenemos que cuidar a esta
generación, tenemos que darles una norma dinámica donde apostemos la carne de
esta propuesta a darles cultura, educación y sustentabilidad. Ese es el reto y
la pasión a la que nos acerca esta posibilidad de una Constitución para la
Ciudad, por eso los ciudadanos tienen que estar en la calle, tomando los
espacios públicos para abrir el debate.
Hace un rato hablabas
de las movilizaciones que nacieron de las fuerzas de trabajo, ¿existen todavía
esos movimientos de las fuerzas laborales?
Creo que está muy cruzado por el clientelismo. A mí me parece
que el clientelismo, el corporativismo, lo adoptó la misma izquierda como una
forma de sustentar sus fuerzas en el gobierno. Para mí, con las manos libres
y sin que se me ate a los acuerdos interpartidarios, puedo presionar sobre esta
cuestión, aunque sé que numéricamente no va a cambiar la diferencia, pero
cualitativamente puede ser que sí. Ahí hay un tema que tiene que ver con
una fuerza como Morena, en su idea veto, es si va a terminar coincidiendo con
el PRI; el PRI sabe que no puede tener mayoría, pero a lo que aspiran es a
rebasar el 33% para poder negociar problemas fundamentales como el control de
la capital sobre un gobierno con recursos intermediarios supranacionales
basados en el centralismo, como la Coordinación Metropolitana, sobre la base
del veto. Dentro de su cálculo, seguramente está que en el mapa político del
2015 puedan hacer ahora una Constitución a su manera porque la izquierda va
dividida. Cuando se vulnera esta correlación de fuerzas y se centra que
el pleito más importante para Morena es el PRD, le están haciendo el trabajo al
PRI. Deben dejar a un lado que su
única función pueda ser una candidatura a la presidencia, que es importante
desde muchos puntos de vista, pero que no es central. Hoy, ganar la
presidencia de la República con estas leyes y tipo de federalismo, es quedarte
paralizado también.
Morena justamente dijo
que la Constituyente tiene que estar formada por ciudadanos, ¿por qué no
sumarte con ellos?
Más bien por qué ellos no renuncian a su registro y se ponen
como candidatos ciudadanos. Yo quiero ver si van renunciar a la cuota que les
va a llegar de la Cámara de Diputados.
Decías que un solo
ciudadano dentro de la Constituyente no puede conseguir muchos cambios,
entonces ¿qué puede lograr?
Yo creo que una visión crítica y, sobre todo, como siempre
avanzamos en la izquierda, avanzamos con ideas, con programas y difícilmente a
la primera. Creo que
incluso dentro de los que van a poder y están haciendo la misma Constitución
hay bastantes voces y opiniones que podrían compartir mucho de lo que he
planteado.
El gobierno de la
Ciudad anunció un grupo de notables que asesorarían la construcción de la
Constitución, ¿crees que sea sólo un mecanismo para aparentar la existencia de
una “participación ciudadana” con estos candados?
Mira, a los ciudadanos se les puede decir:
—
Te
tengo una noticia buena y una mala —,si no reacciona la sociedad civil, si no
reacciona la ciudadanía. —Fíjate que vas a tener una Constitución con los
derechos de los ciudadanos.
—
Ah,
¿y cuál es la mala?
—
Pues
que ya la hicimos.
Yo creo que es un momento muy especial porque tiene que ver
con la profundidad de una decisión histórica que va a mermar mucho en los
conflictos que tendremos en el futuro, y el otro gran problema es la velocidad. Nada más para las
candidaturas independientes, el INE es un tráiler de bajada y sin frenos. Las
condiciones y los requisitos son realmente duros, una especie de maratón con
obstáculos y cambios de ruta. Creo que convertir lo imposible en algo
posible y abrir esta misma brecha, para mí por ejemplo, es la otra pasión, no
solamente el ser Constituyente, sino también llegar ahí por la vía
independiente, con el voto de los ciudadanos es muy importante para mí,
incluso con la contradicción de que el requisito para ser electo es menor, de
35 a 45 mil votos, mientras que los requisitos para registrarte como candidato
es de 74 mil. Creo tengo más chance yo de entrar recolectando las 74 mil firmas
que muchos aspirantes dentro del PRD, Morena o cualquier otro partido, porque
ahí van a ser los que mueven los hilos los que decidan en qué orden va a ir la
lista.
Además de tu conciencia
y tus ideales, ¿tienes otros asesores para la campaña?
Estoy ahorita con todas las antenas levantadas, creo que el
mismo ejercicio de la propuesta, de recabar las firmas, te lleva a escuchar a
la gente. El trabajo de toda la vida me ha acercado a gente que ahora me habla de
sus preocupaciones y opiniones, desde los empresarios con los que iniciamos la
propuesta gastronómica de toda la Roma-Condesa, las personas de los colectivos
LGBTTI, y las personas que conocí en mis dos últimos años en la Secretaría de
Cultura del DF.
Después de lo que pase
con el tema de la Constituyente, ¿planeas seguir en el trabajo político?
Yo creo que no nos van a poder parar. Hacer de lo imposible lo posible
y responder políticamente al interés ciudadano es una responsabilidad que tengo
y que quiero compartir a toda la sociedad, no podemos dejar que otros estén
tomando las decisiones y nosotros únicamente hacernos cargo de la protesta y de
la queja. Creo que esto es el inicio de todo un proceso para que la Ciudad y
el país puedan tener algún tipo de cambios que beneficien a la sociedad. Si
nosotros hacemos bien las cosas, si de alguna manera resulta una buena
Constitución en la Ciudad de México, y las fuerzas políticas y sociales
entienden el papel histórico que juegan, yo creo que podemos empezar a
modificar y ser un ejemplo para el resto del país. Yo creo que es un primer
paso, y un paso que tiene que ver con mi generación, una generación que viene,
aquí en la Ciudad de México, consistente desde hace más de 30 años, pero en la
izquierda desde hace más de 50 años.
Toda una vida luchando…
Pues creo que así ha sido, y creo que lo puedo acreditar. No
me considero ni un santo, ni un héroe, sino que me interesa más el poder abonar
con las nuevas generaciones y poder decir que esta idea de rebeldía y fuerza no
se pierde cuando se deja de ser joven, porque puedes seguir luchando como los
de mi generación.
Recuerdo un texto tuyo
sobre los “hubiera” de la historia, sobre cómo sería nuestra realidad de haber
cambiado una escena. ¿Seguiremos sumando “hubieras” así de deprimentes a
nuestra historia?
He añadido una frase a esa idea, que es producto de lo que
veo con la polarización de las izquierdas y su política, que es que la consigna
en el fondo es “Vayamos a lo seguro, perdamos…”, porque eso es fácil y nos hace sentirnos bien. El gran
problema está cuando avanzas, entonces se considera que el avanzar y el ganar
está cercano a la traición. Se ha ido construyendo una lista inmensa de
derrotas. En esta idea del Constituyente una ejemplo que hay que tomar, muy
cercano, es la Convención de Aguascalientes frente a la Constitución del 17;
teniendo la fuerza militar y social más importante no hubo una visión de
continuidad, sino que Venustiano Carranza le dio una propina para decir “ahí
está su ley agraria, ahora va la clase política a hacer su Constitución”. Hoy
estamos en una posibilidad de poder reconstruir desde la norma, desde la visión
constitucional, una Constitución que yo considero que está agotada, que es la
de 1917, y que podríamos sacar la bandera del magonismo y decir “La
Constitución ha muerto”, porque vivimos en el vacío de una Constitución
parchada y hecha pedacitos. Pero para llenar ese vacío y ese hueco tiene que
ver con la idea de volver construir conceptos para el futuro, la idea del puro
no… Ahora resulta que los neoliberales son los que promueven los cambios y que
la izquierda defiende el pasado con esa maldita idea de la resistencia,
perdimos la capacidad de proponer.
¿Crees que se ha
perdido la capacidad de soñar?
De las utopías y los sueños ya no queda mucho, el aparato
digestivo le ha ganado a nuestra cabeza y corazón, pura bilis. Hemos dejado de pensar en lo que es
importante y humano, no se tiene la
importancia de lo que es la cultura y la educación, dentro de la misma
izquierda está considerada como puro entretenimiento. Yo creo que para la
paz, para la gobernanza, son necesarias unas alcaldías chiquitas pero sumamente
cultas y preparadas.
(Publicado en Callejero febrero de 2016)
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