Hace cuatro meses que empecé a
colaborar con la Revista Vicio, que
hasta ahora ha aguantado mis caprichosas (y modestas) filias y fobias respecto
a la literatura (sin mencionar algunos retrasos), y hace cuatro meses que
algunas personas han destinado un poco de su tiempo para leer esto que he
llamado “El libro por venir” en homenaje al gran libro de Maurice Blanchot. Es
por esas cuatro columnas traducidas en tiempo a 40 minutos que varios lectores
me han regalado de su vida que hoy me confieso ante ustedes.
La confesión es la siguiente, hay
varios grandes escritores que desde que leo me he resistido a leer en general o
a leer sus obras más importantes, entre ellos puedo mencionar que nunca he
leído Rayuela de Cortázar de corrido,
siempre la inicio y leo por partes (cuando siento que me llama), sin embargo
nunca me he atrevido a leerla de corrido. Pero no es de Cortázar de quien
quiero hablar, sino de otro argentino entrañable que de tanto miedo no había
leído en serio hasta hace muy poco. El otro, el otro argentino que me asustaba
y que confieso que todavía me asusta un poco, es Borges.
En mis inicios de lector comencé
a intentar leer a Borges con los ya clásicos “El Aleph” o “Tlön, Uqbar, Orbis
Tertuis” de los cuales no entendí nada, era, como dice Richard Ford, como
cuando lees por primera vez a Chéjov, sabes que hay algo grande ahí, pero tu
cabeza no lo alcanza a comprender por completo. Quedé vacunado de Borges. Esa
pequeña porbadita me hizo alejarme de sus cuentos hasta que más grande, después
de otras tintas, empecé a reconciliarme con su pluma por parte de la poesía.
Después de volver a leer a Borges
mi fanatismo por él se hizo tan grande que creo haber visto y leído casi todas
las entrevistas y conferencias de las que se tengan registro. Sin embargo el
conglomerado editorial Penguin-Random House que en meses recientes adquirió la
parte de literatura de la editorial Santillana reuniendo así a más de 70
premios nobel, ha lanzado para el público en México tres volúmenes titulados “Textos recobrados” con más de 1200
textos del escritor que inventó la gauchística en la literatura, como dice
Piglia.
Hasta ahora han salido sólo los
primeros dos volúmenes, que van de 1919-1929 el primero y 1931-1955 el segundo.
En el primer volumen se encuentra el Borges joven que conocemos en el cuento
“El otro”, que publicara un Jorge Luis Borges de 76 años en “El libro de arena” de 1975. Artículos, reseñas, crítica de arte en
general, manifiestos (como el ultraísta), primeras versiones de poemas, prosa
poética, discursos, prólogos y algunas entrevistas son el tipo de textos que se
pueden leer en “Textos recobrados”
con un orden completamente cronológico y notas que sitúan al lector respecto a
la obra que ya teníamos publicada de Borges.
Con ayuda de María Kodama, viuda
de Borges y heredera universal, el sello Debolsillo publica por primera vez en
libro textos hasta ahora olvidados y desconocidos para muchos. En el primer
libro de “Textos recobrados” vemos a
un Borges que no es el mismo Borges que conocemos al leer sus obras completas
publicadas por Lumen o las recientes ediciones de cualquier editorial, el
Borges de los “Textos recobrados”
tiene una ideología prematura y distinta, con una idea del arte y la literatura
muy optimista de las vanguardias, y eso por eso que creo que este nuevo libro
no es para nuevos lectores de Borges.
Hay que tener muy en mente que
muchos de estos textos son textos que Borges ya no quería, pues no eran él tal
cual, sirven para los estudiosos de su obra, pero citando a José Emilio Pacheco
en un texto publicado en la revista Letras
Libres, “Una obra es sólo aquello que su autor determinó que lo fuera, los
libros que admitió en su íntimo canon. Todo lo añadido post mortem es
marginalia, juvenilia o gerontilia. No podemos responsabilizarlo de que se
exhume cuanto en vida omitió o rechazó.”
Los “Textos
recobrados” son, sin duda, un libro para los amantes del escritor de “El
hombre de la esquina rosada” que quieren conocer y entender el desarrollo
intelectual de uno de los más grandes escritores de todos los tiempos
(Publicado en la Revista Vicio en 2014)
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